Monitores de actividad y sueño en smartbands ¿Sirven para algo? ¿Qué podemos esperar de ellos? Reflexiones tras 1 año de uso
Se venden de entrada como si fueran a salvarnos la vida, arreglar nuestro sueño o hacérnosla más sana pero la realidad puede ser mucho menos ambiciosa. Yo los veo como juguetes que nos pueden ayudar a llevar una vida más saludable, si es que nosotros queremos, pues el paso más importante, el de los cambios para mejorar sólo depende de nuestra voluntad y motivación, los dispositivos no van a hacer nada por nosotros.
Algunas apps como la de Jawbone nos envían mensajes a través de su smartcoatch para motivarnos a andar más, irnos antes a la cama, comer menos o hacer una clase de yoga por la mañana o meditación antes de ir a dormir.... Y pienso que en cierto modo funcionan al principio cuando estás más motivado, pero después de 3 meses de uso y a medida que pasa el tiempo lo que nos parece motivador puede acabar pareciéndonos cansino y fiscalizador y podemos llegar a pensar de ellas...."déjame en paz pesada!" :D
Veamos después de 1 año de uso qué utilidad les veo a efectos prácticos...
¿En qué nos pueden ayudar las smartbands?
Medir nuestra actividad física habitual
La máxima utilidad que tienen es en los primeros días, ya que podemos ver cuál es nuestra actividad habitual y saber si somos o no sedentarios con el contador de pasos y actividad física. Podemos marcarnos metas de actividad física que nos motiven a alcanzar los 10.000 pasos al día que todos recomiendan al ser el objetivo mínimo marcado por la Asociación Americana del Corazón. No hay que subestimalos, si simplemente consiguen que nos motivemos a hacer más ejercicio ya puede ser muy útil para mucha gente. La propia Asociación Americana del Corazón recomienda los podómetros para monitorizar la actividad física, y aunque con los meses vas dejando de mirar con frecuencia cuantos paso das al día, de vez en cuando lo compruebas y ves si sigues alcanzando tu objetivo. Es útil.Medir la frecuencia cardiaca en reposo y en actividad
También nos pueden orientar sobre nuestra frecuencia cardiaca en reposo y monitorizar como mejora con un programa de ejercicios continuado. Nos ayudan a ajustar la intensidad del ejercicio a nuestra frecuencia cardiaca óptima sin pasarnos de la frecuencia cardiaca máxima recomendada para nuestra edad y llegar a un mínimo de intensidad suficiente para alcanzar los 150 minutos a la semana de intensidad moderada (al menos en 5 días diferentes y mínimo 30 minutos seguido) o los 75 a la semana de actividad física intensa (al menos en 3 días distintos y 25 minutos seguidos).Lo que he encontrado es que monitorizar la frecuencia cardiaca de forma continuada es algo que resulta bastante innecesario y consume mucha batería. Además a la noche algunos monitores iluminan la habitación con su luz parpadeante. Bastaría con que se activaran con el ejercicio e hicieran tomar en reposo cada cierto tiempo sin necesidad de estar siempre activos.
Monitorizar el tiempo que dormimos
Cualquier dispositivo (ya usen motorización por movimiento o multisensorial) puede medir aproximadamente el tiempo que pasamos en la cama más o menos dormidos, y eso puede ayudarnos a tomar conciencia de las horas que usamos para dormir e incrementarlas si vemos que están por debajo de 7-8 horas al día. También pueden recomendarnos dormir más horas o irnos a dormir antes. El número de horas necesarias de dormir es muy personal y oscila entre 7-9 horas. Lo importante es que te levantes al día siguiente descansado y no el número de horas que pases en la cama. Otra cosa es la calidad del sueño, algo que casi ninguna pulsera puede informar de forma fiable. Por tanto no tienen poco más que ofrecer en cuanto el sueño.Dar la hora
La función reloj es la que más aprecio hoy en día de mi smartband, la única que no ha sufrido cierta desmotivación con el paso del tiempo, al contrario, me ha hecho reencontrarme con el reloj después de años de no usarlo. Y creo que una pulsera de este tipo ha de tener reloj, pues al final el resto de funcionalidad van a ser más accesorias y si no te sirve de reloj, al final creo que dejarías de usarla porque te aburrirías de consultar datos cada día, la dejarías encima de la mesita de noche, en un cajón y cosas así. El futuro de las smartbands pasa porque sean relojes acuáticos de pequeño tamaño, seguro!¿Qué smartband elegir para monitorizar la actividad y el sueño? Guía para elegir dispositivoIlustrandolasalud.tumblr.com |
Cosas a las que difícilmente nos ayudarán las smartbands de hoy en día
Hasta aquí lo que considero que pueden ayudar estas smartbands a largo plazo. Veamos a lo que difícilmente nos ayudará.
Calorías y bajar de peso?
Introduciendo lo que comemos y monitorizando la actividad física nos puede norientar a saber cuántas calorías ingerimos y cuántas gastamos. Si lo que queremos es perder peso nos pueden ayudar a alcanzar el grado de actividad suficiente o a ingerir menos calorías al día para que el balance sea negativo. Pero sinceramente, una vez lo pones en práctica, es un tostón introducir lo que comemos cada día y en cada comida, no creo que mucha gente dure mucho tiempo haciéndolo una vez pasada la emoción de los primeros días. Al final acabas dejándolo a no ser que roces el trastorno de personalidad obsesivo. Además siempre habrá que seguir asesorados por un/a médico, enfermer@ o dietist@ que nos indique una dieta hipocalórica equilibrada a seguir. Por tanto para 2-3 semanas pueden servir para tener una idea general pero no esperes mucho más.Mejorar el sueño?
Como hemos visto, sólo con las pulseras con sensores multisensoriales pueden darnos una idea aproximada de cómo es nuestro sueño, pero ni por asomo son exactas, y según voy viendo a mi alrededor pueden generar más preocupación que otra cosa. La gente ve que le marca mucho sueño inquieto y se preocupa aunque se hayan levantado frescos como una rosa. Interpretar que el sueño inquieto es sueño de mala calidad es muy arriesgado e inexacto, y puede llevar a la gente a preocuparse por la calidad de su sueño de forma injustificada. Si te levantas descansado y has dormido entre 7-9 horas no te preocupes y pasa de lo que diga tu pulsera.Lo que si puede ser interesantes es que no pueden ayudar a tomar conciencia de si nuestro sueño habitual se modifica con una mayor o menor actividad física, los días que estamos más estresados, los que nos acostamos más tarde, cuando bebemos alcohol o por ejemplo si prácticamos técnicas de relajación o meditación.
Si ya duermes bien te va a servir de poco. Si duermes mal, el dispositivo no te va a solucionar nada, como máximo te enviará consejos para mejorar el sueño, pero dependerá de ti usarlos para mejorarlo. Si tu móvil consigue que los practiques de forma más efectiva que tu médico, pues bienvenido sea el movil y la app (también es posible que a algunos el móvil le de más consejos que su médico o enfermera, pero espero que seáis pocos los que os encontréis en esta situación). Si queréis más consejos para dormir mejor consulta esta entrada.
Por lo tanto a día de hoy los monitores de sueño en pulseras sólo sirven para saber cuantas horas pasas en la cama, más o menos cuantas pasas dormido y cuantos despertares tienes, pero no has de prestar mucha atención a las fases y la calidad del sueño que te marcan porque son muy inexactas. Además uno puede tener muchos despertares y tener un sueño reparador.
¿Ser más felices?
Pues aunque algunas smartbands se vendan con esa imagen de que estaremos y nos sentiremos estupendos cuando la tengamos, no te equivoques, tu vida seguirá con los mismos problemas, buenos momentos, dificultadas, alegrías y penas que antes de tenerla. Y si se pasan de mandarte consejos positivos y recomendaciones de vida más saludables, puede que acabes odiándola :DD
Primeros estudios: no mejoran nuestra salud
Los primeros estudios que han ido saliendo se han publicado en revistas como The Lancet y JAMA y no han encontrado muchos beneficios. Esta noticia de El Pais de noviembre 2016 hace un ameno resumen y no se ha encontrado que ayuden a perder peso o que aunque inicialmente favorecen un incremento de actividad física no parece que esta se mantenga en el tiempo..... la motivación inicial acaba decayendo como pasa habitualmente con otros intervenciones.Dispositivos wearables, ¿aliados o demasiado vigilados?
Entramos en la época de la salud móvil, es evidente que el futuro estaremos conectados a nuestros móviles a través de sensores de este tipo que monitorizarán nuestra salud de forma continuada, además de básculas, tensiómetros, glucómetros o saturadores que se comunicarán entre sí y con nuestro historial clínico, nuestro médico y enfermera, les enviarán datos, les alertaran de descompensaciones antes de que se produzcan, nos permitirán participar en estudios a gran escala, nos asesorarán como coach virtuales para mejorar nuestra salud.En el futuro estos dispositivos estarán conectados con los aparatos de nuestra vivienda. Controlarán las luces, la calefacción, quizás él televisior, nuestros dispositivos electrónicos para ir preparando las condiciones adecuadas para dormir. Se conectaran con la nevera, la lista de la compra o las medicinas que tomamos y no tomamos, nos darán consejos adaptados a nuestras patologías para intentar hacernos la vida más saludable....
Evaluaran diferentes factores externos y los correlacionarán con los registros de frecuencia cardiaca y sueño buscando patrones para mejorarlos. Tendrían que conseguir evaluar también factores internos como el tiempo trabajando, el estés al que estamos sometidos, los estados emocionales, las bebidas alcohol, cafeína que consumimos para ser más útiles .... ¿nos propondrán 10-30 minutos de meditación guiada cada día o una sesión de relajación o yoga además de animarnos a hacer ejercicio, casi como un entrenador coach personal virtual?
¿Aliados o demasiado controladores? A mí de momento me parecen prometedores pero quedan muchos temas en el aire. Una monitorización contínua y un coach virtual puede resultarnos útil mientras estamos motivados, pero después puede resultar casino e incluso ser vividos como una intrusión en nuestra libertad individual, así que podemos llegar directamente decidir apagarlo para no escucharlo.
Además debemos asegurarnos de a quién pertenecen todos estos datos (deberían ser sólo nuestros pero es posible que los estemos cediendo a las empresas aceptando las condiciones de uso sin leerlas), que uso se hará de los mismos (si se investiga con ellos para mejorar la salud es bueno, pero ¿y si se usan con fines comerciales y para beneficio de empresas privadas?), si se pueden vender aunque sean de forma anónima, a quien se venderán, que uso se hará de ellos, quien se beneficiará de los mismos etc etc etc.... Las cosas del Big Data.
¿Aliados o demasiado vigilados?...... Iremos viendo cómo evoluciona todo esto en los próximos años.