¿De qué depende nuestra flora intestinal? Factores que la benefician o perjudican

Fotografía: US Agricultural Research Service

Nuestra flora intestinal interviene en el funcionamiento del organismo humano y condiciona en parte nuestro estado de salud, el funcionamiento digestivo y la respuesta inmunitaria. Cada persona tiene una composión bacteriana única que se establece en los primeros meses de vida y que está modulada por factores externos e internos que la hacen peculiar de cada individuo. Como hemos visto en la primera de esta serie de entradas, "Somos bacterias", un predominio de un tipo de bacterias sobre otra es mas beneficioso para la salud pero, ¿de qué depende que en el cuerpo se establezca un tipo de bacterias u otras y que factores la modifican mejorándola o alterándola?

¿De qué depende el tipo de flora intestinal?(1)

Nuestra flora intestinal depende de una compleja interacción entre factores externos sobre los que se puede actuar en algún momento de la vida y otros internos o propios del individuo. En general la flora intestinal se establece en los primeros meses de la vida y permanece bastante estable a lo largo del tiempo.

1. Parto vaginalcontacto piel con piel y lactancia materna

Los bebes nacen sin flora intestinal, poseen un intestino esteril sobre el que se van a ir asentando las bacterias durante los primeros días a partir del parto. El tipo de bacterias que colonicen al recien nacido dependerá por un lado de la flora intestina que posea la madredel tipo de parto (cesarea o vaginal) y del tipo de alimentación (lactancia materna frente a artificial) (1). Como no podía ser de otra forma, el parto vaginal favorece la transmisión de la flora vaginal e intestinal materna por el contacto con las secreciones vaginales y las bacterias del periné. Esta primera inoculación es muy importante para que el bebé no sea colonizado por bacterias del entorno menos adecuadas, especialmente en hospitales. Lo mismo sucede con la lactancia materna: el contacto piel con piel la succión del pezón favorece la transmisión de bacterias comensales humanas frente a las del medio hospitalario o del medio ambiente. Otros factores como el parto en casa y la presencia de hermanos mayores favorecen el numero de bacterias buenas como bifidobacterias y bacteroides, mientras que el consumo de antibióticos alrederdor del parto o tras el nacimiento, la hospitalización y la prematuridad se asocian a colonización por bacterias menos beneficiosas como C. Difficile y E. Colli (6).

Los primeros 2 años de vida la microbiota está dominada por bifidobacterias y posteriormente va cambiando y se va diversificando según la dieta, el entorno, el uso de antibióticos y otros factores hasta alcanzar una maxima complejidad y variedad en la edad adulta, siendo dominada por Bacteroides y Firmicutes (1).

La Lactancia Materna favorece las bacterias intestinales beneficiosas. Fuente

2. Tipo de dieta

En segundo lugar, el tipo de dieta condiciona el predominio de los diferentes tipos de bacterias que componen la microbiota intestinal. Los organismos que componen la flora intestinal varían en función de las fuentes nutricionales predominantes de la persona, siendo diferentes si son omnívoros, carnívoros y herbívoros. Ratones a los que se les da una dieta occidental rica en grasa y azucares y baja en polisacaridos complejos alteran su flora con solo 1 dia de consumo con un incremento de Firmicutes y una disminución de Bacteroidetes. Aproximadamente cada día un 20% de las bacterias intestinales pueden variar según el tipo de dieta que haga la persona, pero el resto permanece estable. Las variaciones que produce la dieta en el tipo de flora es temporal mientras se mantenga esa dieta, aunque siempre habrá un remamente de la flora basal de la persona establecida tras el nacimiento.

El tabaco y el alcohol son tóxicos que también influencian el tipo de flora intestinal perjudicándola. Por el contrario, algunos alimentos actúan como prebióticos y favorecen el crecimiento de las bacterias beneficiosas, por ejemplo el ajo, la cebolla, el trigo, puerro, espárragos, remolacha, la alcachofa, raíz de achicoria, la soja, el maíz, el plátano, las espinacas o el tomate, muchos de ellos porque llevan pequeñas dosis de fructooligosacáricos.

Como vimos en la entrada sobre edulcorantes artificiales y flora bacteriana, según un estudio publicado en la revista Nature este año (10), el consumo de edulcorantes artificiales modifica la flora intestinal hacia una que favorece la obesidad, el sindrome metabolico y la diabetes. Repasaremos estos mecanismos en la próxima entrada sobre las funciones de la flora intestinal y sus efectos sobre la salud.

3. El entorno y medio ambiente en que se vive 

Este también es un factor que diferencia la flora de las personas que viven en pueblos y en ciudades, en casas con jardin o en pisos, en ambientes con exceso de limpieza o en ambientes menos estériles. El uso de desinfectantes-bactericidas para la limpieza domestica o la higiene personal no tiene ningun beneficio y su puede resultar perjudicial. Debería reservarse sólo para espacios públicos (W.C. publicos, de restaurantes....), entornos sanitarios (hospitales, ambulatorios...) o procesos industriales que requieran de esterilización. Los entornos de vida más en contacto con la naturaleza y con menos exceso de limpieza se correlacionan con mejores floras intestinales. Ensuciarse no es tan malo, la mayoría de bacterias del ambiente nos benefician o no nos afectan.

Ensuciarse no es tan malo. El contacto con espacios naturales 
favorece una flora intestinal mas adecuada Fuente bioblogia,com

4. Factores genéticos

Estudios recientes han comprobado como los gemelos identicos comparten un tipo de flora similar mientras que los mellizos que no tienen el mismo material genético su composición es menos parecida. No es que heredemos las bacterias, sino que factores genéticos de la persona favorece el crecimiento o inhibición de unos tipos de bacerias sobre otras. (9)

5. La toma de antibióticos

Los antibióticos producen trastornos transitorios de la flora que favorecen el mal funcionamiento del intestino, pero que en algunos caso pueden ir condicionando cambios permanentes de flora sobre todo en usos prolongados, indiscriminados y cuanto mas pequeña sea la persona que los toma. Como veremos en la ultima parte de esta serie de entradas sobre las bacterias intestinales "Somos Bacterias", algunas bacterias pueden tardar hasta 2 años en recuperarse (7). 

Otros medicamentos como los antiinflamatorios, los corticoides o los "protectores" de estómago y antiácidos, también pueden modificar la composición de la flora, pero en menor medida que los antibióticos.

6. Enfermedades intestinales y estrés

Las condiciones del intestino y la presencia de enfermedades inflamatorias o funcionales, tienen un efecto bidireccional flora-salud intestinal que se influencian mutuamente. Las personas con enfermedades intestinales suelen tener trastornos en la flora que a su vez empeoran las enfermedades mismas del intestino. Es como el huevo y la gallina, no sabemos que es lo primero, pero lo más seguro es que sea una confluencia de factores que llevan a un circulo vicioso de empeoramiento mutuo.

El estrés también modifica la salud de nuestra flora. A través de mecanismos psiconeuroinmunológicos afecta al funcionamiento de los enterocitos y al peristaltismo intestinal, además de influenciarse por el exceso de catecolaminas y corticoides endógenos que acompañan al estrés.

En definitiva, la microbiota materna durante el parto, la lactancia materna, el medio ambiente de la persona y su predisposición genética, parecen ser los factores más importantes en el desarrollo de la microbiota en el futuro. La dieta condiciona una parte de la flora que albergamos y constituye uno de los factores mas importantes en la edad adulta. Una vez establecida la microbiota en un individuo en los primeros meses tras el nacimiento, es bastante estable en el tiempo.

Efectos de la flora intestinal sobre la salud, el sistema inmunitario y el metabolismo

Hemos visto en lineas generales algunas curiosidades de nuestras bacterias intestinales, como se clasifican, como se asocian y de qué depende el tipo de flora que tenemos en nuestros intestinos. Pero nuestras bacterias no están allí esperando la oportunidad para atacarnos. Al contrario, cada vez se descubren más funciones en la regulación del funcionamiento de nuestro cuerpo. Las veremos en la tercera parte de la serie "Somos Bacterias" en la entrada  ¿Pueden las bacterias intestinales modificar el funcionamiento del sistema inmune, el metabolismo o nuestro peso?

Para que abrir el interés podéis ver también el programa especial de 3/14 "Bacterias" dedicado a las bacterias intestinales.

Y unas recomendaciones de la Fundación Española del Aparato Digestivo que este año dedicó su Día Mundial de la Salud Digestiva (29 de Mayo) a las Bacterias Intestinales bajo el lema "Cuida tu jardín interior, cuida tu flora intestinal".

  1. Microbiota intestinal en la salud y la enfermedad.. M.E. Icaza-Sanchez. Revista  de Gastroenterología de Mexico.Nov.2013
  2. Uso de antibióticos en España- AEMPS 2009.
  3. Bacterias. Wikipedia
  4. Guía Práctica de la Organización Mundial de Gastroenterología: Probióticos y prebióticos. WGO Practice Guideline: Probiotics and prebiotics [Official Spanish translation of the WGO]Probióticos y prebióticos. Octubre de 2011
  5. Las bacterias intestinales se dividen en enterotipos. CORDIS: Comisión Europea
  6. Factors influencing the composition of the intestinal microbiota in early infancy. Pediatrics. 2006 Aug;118(2):511-21. Penders J1, Thijs C, Vink C, Stelma FF, Snijders B, Kummeling I, van den Brandt PA, Stobberingh EE.
  7. Long-term impacts of antibiotic exposure on the human intestinal microbiota. Jernberg C1, Löfmark S, Edlund C, Jansson JK. Microbiology. 2010 Nov;156(Pt 11):3216-23. doi: 10.1099/mic.0.040618-0. Epub 2010 Aug 12.
  8. The role of the immune system in governing host-microbe interactions in the intestine. Eric M Brown, Manish Sadarangani & B Brett. Nature Immunology 14, 660–667 (2013) doi:10.1038/ni.2611Received 15 February 2013 Accepted 11 April 2013 Published online 18 June 2013
  9. Human Genetics Shape the Gut Microbiome. Julia K. Goodrich, Jillian L. Waters, Angela C. Poole, Jessica L. Sutter, Omry Koren, Ran Blekhman, Michelle Beaumont, William Van Treuren, Rob Knight, Jordana T. Bell, Timothy D. Spector, Andrew G. Clark, Ruth E. Ley.  Cell, 2014; 159 (4): 789 DOI:10.1016/j.cell.2014.09.053. Comentado en cienciaybioloia.com
  10. Artificial sweeteners induce glucose intolerance by altering the gut microbiota. Revista Nature 2014 doi:10.1038/nature13793

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